Reducir la carga burocrática asumida por las coordinaciones de los títulos de másteres oficiales, redefiniendo procesos, revisando competencias y acercando su gestión especializada a los centros académicos, teniendo en cuenta su grado de especialización o interdisciplinariedad.
Aumentar la conexión de las Escuelas Doctorales con las áreas de investigación e internacionalización.
Redefinir la misión de la EIP y centrarla en la programación y en la gestión de la oferta de posgrado.
Generar microcredenciales que cubran aspectos de carácter transversal: soft skills, emprendimiento, comportamiento ético, sostenibilidad, ciudadanía global, igualdad, inclusión, seguridad y salud, entre otras.
Reconocer el papel docente e investigador de los estudios de doctorado como una prioridad en nuestra acción de gobierno.
Centrar la valoración del currículo en los procesos selectivos del PDI a un periodo o a una selección de méritos, garantizando la igualdad de condiciones ante situaciones que hayan afectado a la actividad a valorar (por ejemplo, situaciones de incapacidad temporal, periodos de tiempo dedicados al disfrute de permisos legalmente establecidos, razones de conciliación o cuidado de menores, familiares o personas dependientes, violencia de género, entre otros).
Estudiar técnicas de selección complementarias al currículo como la exposición oral de la trayectoria académica y profesional, sin menoscabo de la agilización de los procesos.
Mantener bolsas permanentes y actualizadas de profesorado sustituto para dar cobertura a las necesidades docentes sobrevenidas, con el fin de garantizar una mayor agilidad en la incorporación de este profesorado.