Añadir el componente de seguridad y salud en los planes de mentorización y acompañamiento del nuevo personal.
Mejorar la prestación asistencial estableciendo una red de derivación de casos a otros servicios o centros de atención médica o psicológica públicos o privados.
Fomentar las competencias en seguridad y salud del estudiantado, incorporando actividades formativas específicas.
Crear espacios seguros de escucha activa en todos los centros académicos a través de un programa de aprendizaje servicio.
Poner en marcha un teléfono de atención psicológica de emergencia con especial atención a la prevención del suicidio.
Potenciar la clínica psicológica con becas propias para estudiantado que pueda abordar el reto de la salud mental.
Incorporar la detección y el seguimiento de las enfermedades de salud mental en los reconocimientos laborales para asegurar, cuidar y prevenir afecciones provocadas por el desempeño laboral.
Reforzar los servicios de salud y psicopedagógicos actuales para ofrecer asistencia, atención y orientación, de forma presencial, telefónica o virtual, coordinando todas las iniciativas en cuanto a salud mental, sexual y afectivo-sexual, consumo de drogas, o dependencia al juego o a las redes sociales.