Diseñar un plan de mejora que incluya formación y sensibilización dirigida a la gestión de la seguridad y salud en los laboratorios y grupos de investigación.
Incentivar y concienciar a los responsables de los proyectos de investigación de la necesidad de que los puestos de trabajo del personal investigador sean adecuados para el desarrollo de su actividad, cumpliendo la normativa de aplicación y de ergonomía.
Implantar un programa permanente para mejorar la calidad de vida de las mujeres de la comunidad universitaria y disminuir los riesgos asociados a la menopausia.
Revisar el catálogo de programas de acción social para incorporar nuevas líneas que atiendan a las actuales necesidades del personal, especialmente conciliación, cuidados a menores y mayores, salud mental, adicciones a nuevas tecnologías, tratamiento de alergias, entre otras.
Reforzar los servicios de salud y psicopedagógicos actuales para ofrecer asistencia, atención y orientación, de forma presencial, telefónica o virtual, coordinando todas las iniciativas en cuanto a salud mental, sexual y afectivo-sexual, consumo de drogas, o dependencia al juego o a las redes sociales.
Aumentar y mejorar las acciones de difusión para el cuidado de la salud mental: charlas, talleres, programas, actividades, recursos online, etc., destinados a potenciar el bienestar y reducir el estrés.
Crear espacios seguros de escucha activa en todos los centros académicos a través de un programa de aprendizaje servicio.
Poner en marcha un teléfono de atención psicológica de emergencia con especial atención a la prevención del suicidio.
Potenciar la clínica psicológica con becas propias para estudiantado que pueda abordar el reto de la salud mental.